martes, 6 de diciembre de 2011

Muy a su pesar


i. Muy a su pesar sigue siendo un alivio para él haber encontrado este lugar.
Durante mucho tiempo la soledad y la obscuridad le comían el alma, aún más que el frió que nunca terminaba.
Es verdad que ya no podría reconocer a sus compañeros. De vez en cuando miraba a los ojos a las personas que
se cruzaban en su camino, con la esperanza de ver una mirada conocida.

ii. Sigue siendo un alivio haber encontrado este lugar. Sobre todo para él que al final terminaba haciendo el trabajo sucio.
Todavía en su cabeza retumban los gritos.... quitarse el cuerpo de encima antes de que llegarán era lo más importante.
Siempre a él le tocaba la parte más difícil. Tal vez porque era más lento, tal vez por que era más tonto... todos decían que era por su pulso casi de mecánico. El secreto era no verle los ojos mientras la cortaba, si lo hacia rápido no dolería tanto... era una mentira que le servía para dormir. Tenemos que comer le ordenaban los demás, tú eres el mejor para eso...
Por eso te traemos. Son ellas o nosotros....Al final, era claro quien ganaba...

iii. Ahora, con el tiempo, sigue siendo un alivio haber encontrado este lugar. Sus paredes le recuerdan la brillantes del sol. Le gusta que las personas se encojan sobre su mesa. Quizás algunos hablen entre si, pero al final todos están atentos a lo que se llevan a la boca. Le encanta sobre todo ya no ser quien tiene la responsabilidad de los cortes. Tanto dolor en su alma y la respuesta apenas a un tirón de la mano. Siempre igual, siempre pide ocho de ojo, trompa y buche, y cierra los ojos de éxtasis al comerlos. Es verdad que ya no podría conocer a sus compañeros. La nave se fue hace mucho tiempo dejándolos aquí varados, y él tuvo la suerte de llegar a esta taqueria, nunca más una vaca moriría por su causa...

6 de diciembre 2011
Col. Roma, México, D. F.

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